1 de diciembre de 2004

Cuatro años

Los aniversarios sirven fundamentalmente para mirar hacia atrás. El día de hoy el gobierno de Vicente Fox cumple cuatro años. Hoy, pero en 2000 el señor Presidente estaba en el Congreso de la Unión, tomando posesión y dando un discurso que inició saludando primero a sus hijos. Ahí comenzó la serie de desencuentros que Fox ha tenido con el Congreso, con los partidos, gobernadores, círculos rojos y verdes y con quien más se les ocurra.

Lo mejor del gobierno de Fox ha sido sin lugar a duda la libertad de expresión. Si bien este es un camino que inició a regañadientes con Salinas y que se profundizó con Zedillo, se institucionalizó con el actual Presidente. Ello implicó también que se desacralizaran las instituciones. En los tiempos duros del PRI se decía que había tres figuras intocables: el Presidente, el Ejército y la virgen de Guadalupe. ahora sólo la tercera se mantiene impoluta. Hoy en la mañana, en el espacio del lector de La Jornada veía una respuesta a una nota, en la que la Secretaría de la Defensa Nacional se defendía de una acusación hacia un general. Me dejó pensando que antes jamas se hubiera mencionado al general, y en el remoto caso de que así sucediera nunca hubiese enviado una carta de rectificación pública. De la figura presidencial ya ni digo nada, lo de hoy es "péguele al presidente", además de que se lo ha ganado a pulso.

Y lo malo, mmmhhh..., caray pues por dónde empiezo... incapacidad, inmovilidad y constantes enfrentamientos. La idea era un gobierno de transición que estableciera las bases de un nuevo México. Pues resultó un gobierno de transición a ninguna parte que se ha mantenido sólo en la inercia de la operación cotidiana y no ha sido capaz de plantear una sola reforma estructural del sistema político (no se engañen, la tan cacareada reforma fiscal que nunca pudo hacer que se aprobara, no implica más que modificaciones menores y la desregulación de las riquezas del subsuelo, la esencia sigue igual). Foros para acá y foros para allá, muchos libros publicados y nada de cambio real.

Eso sin mencionar su incapacidad de negociación. Su modus operandi es más o menos el siguiente: va el señor a Europa y anuncia la reforma X como un hecho. Acá todos pelan los ojos y dicen "a chinga cual reforma". Regresa y la manda al Congreso, sin cabildeo, ni nada. Resultado, la reforma es desechada. Luego el señor va otra vez a Europa y dice "es que esos legisladores no quieren el bien de México". Les suena conocido...

En fin, ahora resta sólo ver que va apasar en el 2006, si despierta el dinosaurio o qué...

Adiós

No hay comentarios.: