12 de agosto de 2004

He leído por algún tiempo en varias bitácoras, comentarios acerca de la pretendida objetividad de los medios de comunicación. Quejas o comentarios acerca de si tal o cual periódico o comentarista o estación es objetivo o no. Y quiero hacer algunos comentarios al respecto.

Durante mucho tiempo la prensa mexicana (me refiero a los medios en general) planteó como un valor infaltable la objetividad, aunque realmente nunca actuó de esa manera. Incluso los diarios más reconocidos de cada época (el Excélsior de Julio Scherer, el Uno más Uno, luego La Jornada hasta 1994) tuvieron mayor o menor tendencia por el régimen priísta de su época. Sólo así pudieron sobrevivir.

Hoy las condiciones son diferentes, prácticamente ya no hay trabas para el ejercicio de la libertad de expresión, mucho menos presiones desde el poder. Los medios se autorregulan (mal a veces) en un país completamente diferente.

Pero siguen sin alcanzar la objetividad. Por qué… bueno eso es fácil de responder. El discurso de la objetividad es un discurso ideológico. Qué quiero decir con esto. Pues que la objetividad es una quimera, es imposible alcanzarla desde el momento que la información que diariamente aparece en las páginas de la prensa es tamizada por las personas. Los reporteros son sujetos y por lo tanto subjetivos. Puede parecer obvio pero no lo es. El reconocimiento de este hecho es lo que hace que la prensa moderna en el mundo sea mucho más íntegra al momento de plantear una postura política y ética (obviamente no me refiero a la mayor parte de la prensa de los Estados Unidos).

Algunos medios mexicanos hacen esto mismo, reconocer (de manera tácita por supuesto) una postura. Pero el lector promedio no lo entiende, no cabe en nuestra cabeza el hecho de que un medio tenga postura (y peor, postura política), que no sea “objetivo”. Bien, pues el hecho es que de eso se trata precisamente. Reconocer que la objetividad no existe, y tomar partido por la postura de su preferencia. Y entonces el lector tiene la oportunidad de elegir el medio más próximo a su corazón, sea éste de derecha, izquierda, sindical, empresarial, etcétera. Obviamente existen límites, y es ahí donde puede empezar la crítica respecto a la información que aparece en los medios. Pero es respecto a su integridad, no sobre el hecho de que tengan una postura.

Cuidado, que no le digan, que no le mientan… si un medio navega con bandera de objetividad te está mintiendo. Porque tiene una postura pero no la reconoce, la tamiza y la oculta por quién sabe que intereses. En fin, es sólo una opinión.

En otras cosas, ahora estoy muy tranquilito porque mañana mi jefa se va por tres semanas (a Malasya, quién demonios va a Malasia), así que voy a poder bajar un poco el ritmo y la presión (ajá); bueno, por lo menos estará más relajado el ambiente.

Otra, para mis 35,412 fans espero invitaciones para conocer las noches de Tapachula…

Adiós

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