4 de noviembre de 2004

Bejarano

El día de hoy desafueran (¿desaforan?) a René Bejarano. Problablemente no haya perredista que más se lo merezca que él (excepto por supuesto a su señora, la temible Dolores Padierna). Yo no lo conozco personalmente, sin embargo sí tengo conocidos (aquí, en la oficina) que han estado involucrados en sus andanzas. Ambos, René y Dolores salieron de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que es una especie de oposición "democrática" a la dirigencia enquistada de Carlos Jongitud primero y Elba Esther Gordillo después, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el más grande de América Latina y que representa a todos los maestros de educación básica y media superior de este país, además de otros trabajadores de la Secretaría de Educación Pública.

Luego, cuando ya habían progresado ahí y aprovechando todos los movimientos sociales que surgieron a raíz del terremeto de 1985 demandando vivienda, fundaron la organización Nueva Tenochtitlan. En su momento la cobijaron bajo las siglas del PRD. Se dedicaron a construir pequeñas unidades habitacionales (de pésima calidad), obligando a los solicitantes a asistir a marchas, mítines y movilizaciones. Les gestionan créditos del FOVI (que es la instancia que hace préstamos hipotecarios del Gobierno del Distrito Federal) entregando luego selectivamente las viviendas. Por supuesto en cada desarrollo habitacional ellos se quedan uno o dos departamentos.

Obviamente, con tal poder de coptación consiguieron posicionar su corriente perredista, la CID como una de las más importantews del PRD-DF. Ambos personajes han sido asambleístas, diputados federales..., la bruja Padierna fue jefa delegacional en Cuauhtémoc en el período 2000-2003. Y Bejarano llegó a ser secretario particular de López Obrador. ¿Por qué? pues porque era el operador del jefe de gobierno cuando nencesitaba de acciones obscuras y tenebrosas (huy que miedo). Es como el policía bueno y el malo... el bueno es Alejandro Encinas...

Por supuesto Bejarano aprovechó muy bien el puesto, y López Obrador se hacía como que no veía las cochinadas de su operador. El costo de rodearse de sujetos de ese nivel.

De cualquier manera hoy se le acaba la bonanza, pobre güey, también a quien se le ocurre recibir dinero en efectivo...

Adiós

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