1 de septiembre de 2005

Elba Esther

Si algo podemos concluir de la crisis que está atravesando el PRI es que la maestra no se va a quedar tranquila. Hace poco comentaba con un compañero que este enfrentamiento es para Roberto Madrazo de mucha más trascendencia del que tendrá con López Obrador en su memento, máxime si consideramos que AMLO no asesina a sus enemigos.

Y es que Elba Esther Gordillo salió de su convalecencia exclusivamente para obtener venganza. Antier la entrevistó López Doriga y ahí dijo que no tenía obsesión por la presidencia del PRI. Es cierto, su obsesión es anular, aniquilar a Madrazo por haberle jugado cubano hace un par de años cuando la obligaron a renunciar a la coordinación de la fracción príista para dejar en su lugar a Manlio Fabio Beltrones, fiel escudero de aquél.

También dijo la maestra en su entrevista con López Doriga que la única vez que tuvo una obsesión fue ser la secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). También es cierto, y para ello traicionó, pisoteó y anuló al que fuera su protector y mentor, Carlos Jonguitud, quien entonces era la cabeza del sindicato más grande de América Latina.

El triunfo parcial es para Madrazo. El nuevo presidente del PRI Mariano Palacios Alcocer, a pesar de que es una propuesta de Arturo Montiel es más cercano a Madrazo que a este último. Sin embargo la maestra no se va a quedar quieta. Este asunto apenas comienza. Y se pondrá cada vez más y más interesante.

Adiós

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