7 de septiembre de 2005

Efectividad

En un país como México, sin perspectiva de guerra de ningún tipo, para que sirve el ejército. Por supuesto tienes la opción de desaparecerlo por inútil, como hizo Costa Rica. Pero eso sería muy complicado si consideras el poder que en sí mismo tiene dicha institución.

Entonces puede servir para acciones contra el narcotráfico y para auxiliar a la población en caso de desastres. Y para esto último sí que son efectivos. Si alguien ha estado o vivido de cerca algún desastre natural sabrá que el papel del ejército mexicano es insustituible. El famoso Plan DN-III-E tiene estrategias para cada diferente tipo de desastre, con acciones realmente buenas e inteligentes (que extraño es hablar bien del ejército, pero ni modo, así es).

Hubo una vez que el jefe del ejército (el Presidente pues) no permitió que se aplicara el plan deene tres. Fue cuando el terremoto de 1985. El ejercito entonces lo que hizo exclusivamente fue vigilar y prevenir el saqueo. Ello obligó a que fuera la gente, esa que se ha dado en llamar sociedad civil, la que tomara el asunto en sus manos. Esa organización espontánea a su vez condujo de manera natural a otras formas de activismo hasta llegar al triunfo de Fox en el año 2000, pero esa es otra historia.

Hoy el ejército mexicano está mucho mejor preparado que el estadunidense para enfrentar un desastre. Porque el ejército en México no está hecho para pelear (contra quién pues ¿Guatemala?). Entonces, si el caos y la ineptitud que está imperando en ese país lo permite, la ayuda que pueden dar unos cuantos soldados será invaluable para su población. En serio.

Por cierto, yo estaba seguro que Estados Unidos iba a rechazar el ofrecimiento de México de enviar tropas. Todavía no salgo de mi asombro de la respuesta afirmativa. Supongo que fue ante la desesperación de la administración Bush ante la mala prensa que tiene hoy. Se imaginan las críticas si se da el lujo de rechazar ayuda (la cubana no cuenta). En fin este desastre natural destapa cloacas en nuestro vecino, quién lo dijera...

Adiós

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