Días ajetreados y lejanos a la computadora, con muchas actividades que en resumen me han sacado un tanto del marasmo del que me he venido quejando. El viernes me reuní con varios compañeros, la reunión acabó con algunas chelas de más, sobre todo porque fue en un café de culturosos, freskis y poses de la Condesa, de modo que después de un par de horas ya eramos el centro de las miradas de todos los comensales.
Sábado y domingo descansé y trabajé un poco para la revista (se acuerdan de la revista, verdad), pero nada que me agotara demasiado, por lo que pude darle reposo al cuerpo que tan mal se ha portado conmigo en los últimos días.
Ahora ya de regreso en la oficina, poniéndome al corriente.
Por cierto, parece que las noticias son ahora cíclicas, o esto del huracán Wilma no les suena como que ya lo vieron antes (es como un deja vu noticioso)...
Adiós
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