Como ya las escuelas están de vacaciones, el día de hoy llegué temprano a mi oficina. Ésta se ubica en un pueblo del sur que a pesar de encontrarse inmerso al interior de la ciudad, conserva sus aires pueblerinos. Mi oficina, además, cuenta con un gran gran jardín, por el que se puede caminar cuando el estrés agobia. Lleno de arboles, flores cuando es temporada. Fuera de mi ventana hay un gran rosal que florea constantemente. Hay duraznos (no sé si es la misma planta que da el fruto, pero ustedes la conocen, es ese tronquito que se llena de flores), pinos, aguacates, higos y no se que más plantitas. También viven en este inmenso jardín muchos gatos y ardillas. Algunos de estos animales se han vuelto muy amistosos, de modo que te saludan por la mañana y se despiden cuando te vas por la tarde (también tiene que ver que les doy de comer de tiempo en tiempo). En fin, es padre trabajar en un lugar así, a pesar de que esta lejos y tengo que viajar al centro de la ciudad a veces hasta en 2 ocasiones al día, no lo cambio.
Hoy llegué temprano y me quedé viendo por más de media hora a la ventana y al jardín. Ahora ya estoy listo para iniciar a trabajar.
13 de julio de 2004
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