27 de julio de 2004

Hubiese sido lindo

Hubiese sido lindo ver a Moya Palencia y sobre todo  a Luis Echeverría Álvarez en prisión. Me imagino que eso le daría descanso eterno a quién sabe cuantas almas que andan penando por ahí, en busqueda de justicia por sus asesinatos en 1968 y 1971. Pero no fue posible.

La norma en la última década por lo menos, es que el gobierno (la Procuraduría General de la República, las procuradurías estatales y todas las fiscalias especiales que se han inventado) ha perdido todos los juicios importantes que ha iniciado. Sólo recuerden los casos de desfalcos bancarios y financieros: ¿el Divino?, ¿Cabal Peniche?, ¿Espinosa Villareal?... bien gracias descansando en sus casas comodamente en espera de que sus casos concluyan con su absolución. No entiendo la verdad, porque estuvieron tantos años presos en España o Australia o Nicaragua esperando la extradición, si en cuanto pisaron suelo mexicano salieron libres con sus amparos en la bolsa.

Es de nuevo el caso del señor expresidente. Se solicitó una orden de aprehensión en su contra, con base en un delito que no aplica, y que si aplicara entonces ya habría prescrito. Osea, el señor Carrillo Prieto (flamante fiscal especial de delitos de guerra sucia del pasado o algo así, porque tiene un nombre absurdamente largo esa oficina) o es  muy tonto, o es mal abogado, o se desesperó por el mal papel que está haciendo y quizo dar un golpe mediático, o de plano está coludido con algún innombrable.

El hecho es que no se nos va a hacer ver al señor Echeverría tras las rejas, y las almas en pena seguirán penando por los siglos venideros.

Pero no desesperen, ya hay un asesinato político que está a punto de ser desentrañado: dicen mis informantes que ya por fin descubrieron quien es el verdadero asesino de Francisco I. Madero... dicen que un tal Huerta (que mal chiste, en fin).

Adiós

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