Desde hoy y hasta el ocho de enero estaré de vacaciones en el trabajo. Pretendo leer, ver cine, caminar por la ciudad, embriagarme de vez en cuando, tomar café y sobre todo permanecer acostado en la cama hasta que las llagas me obliguen a cambiar de posición; por supuesto escribir algunos posts, pero con eso de las treguas navideñas y demás enfriadores pues no hay mucho que escribir, entonces corro el riesgo de regresar a los temas personales y exponerme al balcón público. Para evitarlo buscaré hablar del universo, de los unicornios y las hadas y demás seres que vienen a molestar cuando se hacen silencios... tal vez.
Adiós
26 de diciembre de 2005
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