El coronel Aureliano Buendía diría hoy "la diferencia entre la izquierda y la derecha es que los de derecha van a misa de nueve y los de izquierda a misa de cuatro"... El concepto de izquierda está totalmente desdibujado, ya no se parece en nada a las ideas que se forjaron durante doscientos años. Hoy yo definiría a la izquierda como liberal en lo social (es decir permisivo en lo que se refiere a la persona y su capacidad de toma de decisiones) y rígido en lo económico (es decir una intervención del Estado constante en la economía en busca de menor desigualdad); por lo menos en la definición de izquierda socialdemócrata.
Ahora bien, esta definición hace que la izquierda esté cercana a los movimientos alternativos, a los LGBT, a la eutanasia, al aborto y otros temas tan polémicos. Pero entonces por qué demonios el Gobierno del Distrito Federal (de izquierda) inicia un embate mediático en contra de la pornografía.
Sin siquiera meterme en el pantanoso tema de qué es pornografía y qué no, me parece absurdo que el gobierno de Encinas retome argumentos decimonónicos estilo "es que los niños ven a las señoras encueradas en los puestos de periódicos" y eso causa que cuando adultos le peguen a sus mujeres. Por favor, en una sociedad machista (cada vez menos afortunadamente), los hombres les pegan a sus mujeres por toneladas de cargas culturales y la menos importante es ver "señoras encueradas".
"Es que la pornografía cosifica a la mujer". Este argumento es el más retrógrado de todos los que han enarbolado los movimientos feministas, y es el más cercano a la ultra derecha (sí, los opuestos se tocan). Lo que cosifica a la mujer es de nuevo la inmensa carga cultural, e incluso me atrevo a decir que donde se puede mostrar un ejercicio pleno (falso por supuesto, pero libre al fin) de la sexualidad de las mujeres sin límites moralinos es en la pornografía. Piénsenlo un minuto, yo sé que nunca han visto una película pornográfica pero también se que les han contado, y recuerden a esas mujeres que no tienen broncas en hacer miles de cochinadas sin que sufran por problemas morales, ni por el que dirán ni nada de eso.
Entiendo claro que la pornografía es un negocio (cada vez más respetable por cierto), que enseña falsas concepciones de la sexualidad pero díganme, si ustedes vieran un video con actores teniendo un desempeño sexual promedio ¿seguirían viendo pornografía? Es entretenimiento y punto, y por supuesto los padres tienen el derecho de tratar de evitar que los escuincles tengan acceso a la pornografía (por supuesto los hijos también tienen derecho a hacerse de ella clandestinamente), pero sí la estrategia es la represeión y el ocultamiento, entonces no se está solucionando nada.
Aquí va el lugar común, la educación, si quieres que tu hijo no sea machín y le pegue a su mujer cuando llegue borracho a su casa, pues entonces enséñale que las mujeres no son cosas, que son seres humanos exactamente con los mismos derechos y la misma capacidad intelectual en lugar de taparle las portadas del Penthouse... y el mío sí es un argumento de izquierda.
Adiós
21 de diciembre de 2005
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