Hoy amanecí pensando (sí, a veces lo hago, no muy seguido pero pasa a veces) qué me dio por entrarle a este asunto de los blogs. Llevo leyendo algunos cosa de seis meses o más (de manera sistemática por lo menos), y he encontrado gente (¿letras, ideas?) adictiva. Cuando puedo hago un repaso de varios (que linkearé en el momento que sepa cómo) que me ayudan a tener ideas diferentes a las del círculo cotidiano que me rodea. En fin, las ganas de opinar, de no quedarme callado me empujaron y aquí estoy.
Lo más curioso de todo es mi condición de antisocial, aunque si se piensa bien no es tan paradójico, porque es mucho más fácil (por lo menos para mí) comunicar por escrito que por voz. Por lo demás es la condición natural de todo sociólogo (o de la mayoría que conozco); aunque les parezca extraño los sociólogos somos antisociales por naturaleza. No sé si tiene que ver con la formación que te da la carrera y el ejercicio de la práctica o si es el perfil de ingreso.
Por cierto... ¿por qué donde se me va una pata ortográfica es precisamente en la frase que quiere citar Anabel? ¿Es como la ley de Murphy o de plano se me van tantas patas? Tendré que revisar con más cuidado mis dedos cuando golpean el teclado.
Adiós
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