El último escándalo de nuestro gobierno. Manu Chao en una conferencia de prensa o en un "algo" que tiene que ver con el festival de cine, en Guadalajara, se le ocurrió decir que lo de San Salvador Atenco fue y es una chingadera (no dijo eso exactamente, pero es un buen resumen, creo). Inmediatamente nuestro Secretario de Gobernación se razgó sus vestiduras, tomó el mancillado lábaro patrio y grito "cómo, si es extranjero; no puede opinar sobre cosas que incumben sólo a los mexicanos".
Hoy se delibera si deben aplicarle el famoso 33 o si le jalan sus musicales orejas, o igual y en una de esas hasta acaba en Las Agujas (prisión para extranjeros que no han cometido más delito que el de atreverse a pisar México sin tener autorización para hacerlo).
Bueno, se parece a cuando el tonto de Aznar vino a México a decir que votáramos por el PAN. Sólo que a él nada más le enviaron una carta diciéndole que no lo volviera a hacer.
Bueno, pero más allá de la anécdota el asunto es, por qué chingaos no puede un extranjero opinar sobre asuntos de México. No ve un extranjero que pasea por nuestras calles pobreza, inseguridad, suciedad y no sé que más; acaso no tiene derecho a decirlo. Y si alcanza a ver que el Estado comete un atropello (como pasó en Atenco) ¿se tiene que callar?, es pregunta.
Este asunto de que los extranjeros calladitos se ven más bonitos es un resabio del priato, que los panistas no han querido quitar. Está en su naturaleza, pero de que es absurdo pues es absurdo.
Cuántos posts seguidos, que miedo.
27 de marzo de 2009
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2 comentarios:
oh! pero mexico si puede exigirle la paz a los paises en guerra!! oh, cielos!!
y, ¡por favor!, vas bien!! es una alegria tenerte posteando seguido!
we love you, Antropomorfo!!
Exacto, ese es el punto; enigüey todavía sigo por aquí. Beso
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