He estado en Veracruz. Recorrí la zona sur del estado, desde el puerto de Veracruz y hasta Catemaco; pasé por Alvarado, Tlacotalpan, Lerdo de Tejada, Cabada, Eyipantla y algunos lugares intermedios que ni siquiera vale la pena mencionar. Me volví a adentrar en las zonas cañeras para observar como es es la vida ahora que la zafra recién comienza. Fumé cigarros de Sna Andrés Tuxtla y bebí café en la plaza de Tlacotalpan. En pocas palabras estuve desconectado un rato de la vida cotidiana.
En el trabajo no ha sucedido nada, cada vez es todo más confuso y ahora no sé si me quedo o me voy; espero en enero tener ya una definición porque me conflictúa más la espera que el hecho de que me vaya o me quede, porque mi vida ahora está como en un impasse.
Pero lo realmente importante de estos días fue el recorrido breve pero sustancioso que hice por esa región del golfo de México. De hecho son tres regiones de ese esado, la del puerto, la del Tuxtlas y la de la cuenca del Paploapán. Cada vez que salgo de la ciudad en un plan que no sea de trabajo me da la impresión de que ahí es donde debo de esar, en cualquier parte, en otra parte. Conozco muchas ciudades en el país y fuera de él; siempre añoro Ciudad de México, pero siempre siento cuando estoy aquí que debería de estar en otra parte, una gran confusión me invade constantemente.
En fin es navidad, o fue ayer, y ya estoy de regreso, de modo que aprovecharé estos días de vacaciones para reconocer mi ciudad ahora que habrá días con un poco de calma para ver si es posible que me encuentre.
Adiós
26 de diciembre de 2006
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