Una semana completa (casi) en los Estados Unidos, en el corazón del imperio diría, ahora que Hugo Chávez es tan popular. Aunque si nos atenemos a la vieja teoría clásica pues sí, sí es el corazón del Imperio.
Estuve en Atlanta, lugar que no tiene más encanto que ser sede de la Coca Cola (¿cuál es el encanto de eso?), de CNN y de un super acuario pero que se inaugura hasta el 23 de noviembre... Aparte de eso Atlanta tiene como único atractivo el aeropuerto más grande del mundo, en donde todos hacen escala pero nadie (excepto yo) se queda ahí.
Se supone que es un lugar muy peligroso, pero yo sólo vi homeless que toreé muy sabiamente con el viejo argumento de "no hablo inglés", y una ciudad completamente desolada en donde la nota es el frío; la temperatura osciló entre los cero y 12 grados celsius, demasiado frío para alguien acostumbrado al benigno clima de Ciudad de México.
Aparte de eso no hice nada más que trabajar (en asuntos de la revista, se acuerdan de la revista...) , comer hamburguesas y papas a la francesa, beber guinnes (que cuestan cinco dólares, en el gigante las encuentras en 27 pesos y son caras) e ir de choping. Claro todo el mundo en Estados Unidos va de shoping, aunque encuentres exactamente el mismo producto aquí y al mismo precio. Te da caché decir "lo compré en Atlanta", aunque en realidad no compré nada.
Mañana, bueno mañana me reintegró al trabajo, y tendré que ponerme al corriente de las noticias de México, porque por supuesto, allá nadie le interesa si Chávez y Fox se pelean, es más interesante la nota roja local.
Mañana post más sesudo, lo prometo.
Adiós
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